PARROQUIA DE LA STA CRUZ

Barrio de la Cruz. Bilbao (Begoña)

13 junio, 2010

BODAS SACERDOTALES

El pasado domingo 6 de Junio de 2010, celebramos en la Parroquia de la Cruz, las bodas de Oro sacerdotales de nuestro querido párroco. Patxi se encontraba visiblemente emocionado ante la multitud que le acompañaba y que abarrotaba el pequeño templo. Realmente fue un acto emotivo y a lo largo de él, los feligreses de toda la vida junto con su familia pusimos de manifiesto el gran afecto que le profesamos.
A modo de pequeño recordatorio, para los que no pudieron asistir al homenaje, y para los que quieran recordarlo, tenéis un pequeño video de lo que fue el acontecimiento.



No es de una gran calidad, pero espero que os guste. De hecho Patxi, me animó a colocarlo en el Blog.

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07 junio, 2010

EL CURA DEL LLENAZO

El Padre Patxi

El padre Patxi, conocido por sus concurridas misas, celebra en la iglesia de La Cruz sus 50 años como sacerdote y anuncia su retirada.
Como a todo párroco, a Patxi Regidor le han cambiado de destino varias veces. Siempre es duro empezar de cero. Pero quienes le conocen dicen que a este bilbaíno de genio fuerte y vivificante sentido del humor le bastaban un par de años para 'levantar' la parroquia más adormilada. Un don que le ha valido el cariño de muchos feligreses y también el reconocimiento de compañeros y asociaciones religiosas de Bilbao, que se refieren a él como «el cura del llenazo» por sus concurridas misas. Un título que, en estos tiempos, con las iglesias cada vez más vacías, tiene tintes casi honoríficos.
A los 75 años, celebra hoy sus bodas de oro como sacerdote en la parroquia bilbaína de la Santa Cruz de Mallona -donde ha pasado los últimos 15 años- y, con su retirada fijada para septiembre, Patxi se toma este mérito con modestia. ¿El secreto de su éxito? «Siempre he intentado acercarme a la gente. Al llegar a un lugar, me gusta presentarme. Voy a todos los sitios, menos a bares, que no me van mucho», añade.
Así lo ha hecho en todas las parroquias por las que ha pasado: Lanestosa, Sestao -donde sus sermones en apoyo a los obreros le valieron la cárcel durante la dictadura-, Otxarkoaga, Txurdinaga, San Francisquito, Los Santos Juanes, ahora en La Cruz... Siempre se ha tomado cada desembarco como un reto. «El día que llegué a Los Santos Juanes, una mujer entró en la iglesia y me robó la chaqueta. ¡Vaya comienzo!, pensé yo. Pero fue estupendo, porque al enterarse, los feligreses hicieron una colecta y me compraron una mejor», recuerda con cara de pillo. Aquellos días, se ponía en la puerta del templo para dar la bienvenida a los fieles. Algo muy anglosajón. Tan foráneo, que causó algún equívoco. «Como algunos no me conocían, pensaban que estaba en la puerta mendigando y me decían '¡que no llevo suelto!'», cuenta entre risas. Y eso que llevaba la chaqueta nueva.
Porque si algo le caracteriza a este devoto de la 'amatxu' y del Athletic -«no sabemos si por este orden», bromea Joseba Rodríguez, portavoz de la Hermandad de Begoña- es el buen humor con que ha desempeñado su labor y su olfato para adaptar las misas al gusto popular. Sus allegados dicen que las hace sencillas, alegres, breves... o incluso brevísimas, si nota que los asistentes se aburren. «Es porque teme que la gente se aleje de la iglesia», justifica Rodríguez. ¿Es eso cierto? «¡Lo que quiero es que estén a gusto!», aclara Patxi. Por eso, a su iglesia van cantidad de creyentes, muchos de ellos de otras parroquias e inmigrantes. En los «llenazos» también influye que Patxi no se pone exigente para aplicar los sacramentos: tiene a muchos 'rebotados' que se han topado con sacerdotes estrictos. Y eso que, hace años, un poco harto ya, puso un cartel en la puerta de la iglesia donde advertía que aquello no era «un supermercado de sacramentos».

Dios y los médicos

Otra explicación de su tirón es su flexibilidad con otras culturas... Hasta oficia bautizos gitanos. «Lo importante es seguir a Jesús», zanja. Un método que le ha funcionado: sólo hay que darse un paseo con él por La Cruz para comprobar que los vecinos le adoran. Algunos son religiosos, otros no. Pero él se lleva a todos de calle. Políticos incluidos. Según cuentan, el ex consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, estuvo en una de sus misas y le dijo que, aunque no era creyente, «le había encantado». Patxi recibió el halago con estilo y mucha gracia: «Puede ser difícil creer en Dios... ¡Pero mira que creer en los médicos!». Pero no todo han sido risas. Según dice, su talante crítico le ha valido algún disgusto y confiesa que «a menudo» llora de impotencia cuando no puede ayudar. Aun así, ha sido «muy feliz». Por eso, si pudiera viajar en el tiempo, no dudaría «ni un segundo» en volver al seminario.
(El Correo del 07/06/2010)

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